sábado, 30 de noviembre de 2013

Capítulo 20 -Penúltimo capítulo-

Iba por un largo pasillo. Delante de mi caminaba Edward y justo a mi lado mi ángel, quién me sonreía tiernamente. Estaba realmente nervioso, sudaba. Después de unos minutos caminando, llegué a una puerta negra.
—Preparado?.—Sonrió Alex.
—No lo sé.—Sujete su mano con fuerza.
—Igual tienes que ir.—.Abrió la puerta y se apartó de mi.
—No vienes?
—No.—Dijo Marck apareciendo de la nada. La tomó de la barbilla y la besó.
—An-Angel...
—No puedo estar con un delincuente como tu.—Abrazó a Marck.
—Pero...
—A dentro!.—Gritó Edward empujandome hacia la oscura habitación, de paredes grises.
—Así pagarás por todo lo que has hecho.—Dijo Alex antes de cerrar ls fuerta fuertemente.

—Alex!.—Grité.
—Estoy aquí mi amor.—Encendió la luz y me abrazó.
—Tu, tu estabas... y yo...—Dije al borde de las lágrimas.
—No ha sido más que una pesadilla.—Me besó.
—Era tan... Tan real que... No sé...—La abracé de nuevo.
—Que has soñado?.—Me miró a través de sus ojos azules.
Suspiré, si le contara seguramente se burlaria, y no es para menos. Ella no tiene nada con Marck.—No me acuerdo ángel. Durmamos.—Me deje caer en la almohada.
—Sabes que puedes contarme lo que sea... Cierto?
—Si, claro.—La estrujé en mi pecho.
—Bien.—Me dió un beso corto en los labios.—De nuevo, buenas noches.
—Buenas noches.

Narra Alex

Me desperté con la alarma de mi movil. Miré a Zayn, que, aún dormía y no me extraña. Ha estado revolviendose en la cama durante casi toda las noche. Me levanté sigilosa de no despertarle. Me di una ducha y fuí a la cocina.
Nada por aqui, nada por allá. Lo unico que había en la nevera era leche y un poco de mantequilla. Busqué en la alacena. Gracias a dios aún había pan.
Preparé ese sencillo desayuno y me dirigí a la cama.
—Zayn, despierta.—Lo moví suavemente.
—Buenos días.—Abrió un ojo y sonrió mirandome.
—Que?
—Eres la cosa más bonita que he visto en mi vida.
—Idiota.—Reí.—Te he traído el desayuno.
—Gracias.—Se incorporó.
—Por cierto, tenemos que ir al supermercado. No hay nada en la nevera.—Dije antes de darle un bocado a mi tostada.
—Me ducho y vamos, de acuerdo?
—Si, está bien.—Sonreí.

Una hora más tarde estabamos en el supermercado.
—Cuánto dinero tenemos?.—Dije.
—Suficiente para que compres lo que quieras.
—Enserio.
—Y es enserio. Que necesitas.
—Pan, pasta, carne, patatas, verduras...
—Pizza.—Dijo Zayn.
—Está bien.—Rodé los ojos.
—Ve comprando tu, ahora vuelvo...—Dijo Zayn.

Narra Zayn

Ví una joyería al otro lado de la calle y se me ocurrió comprarle algo a Alex.
—Buenos días, que desea?
—Podría mostrarme los anillos?
—Claro, nos acaba de entrar una colección de anillos de compromiso.—Dijo el señor de la joyería antes de entrar en el almacén.
Anillos de compromiso eh? Quizás no sea mala idea...
—Aquí tiene joven.
—Wow, son hermosos.
—Y caros, tienen incrustaciones de diamantes.
—Cual de ellos tiene más valor?
—Yo diria que este.—Levantó un anillo de oro con un corazón hecho de diamantes. Era precioso. Podía inmaginarme a Alex con el.
—Me lo llevo.—Sonreí.

(...)

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